La fama de milagrosa de la Difunta Correa, empezó bastante tiempo después de que fué hallado su cuerpo sin vida.
Según cuenta la historia (debemos recordar que de aquella época no tenemos documentos escritos, solo se sabe lo que ha trascendido por historias contadas y que han perdurado en el tiempo)
"Cuando unos arrieros de apellidos Zeballos y Lucero, llevaban hacienda desde el Valle hacia Chile, en un luminoso día y apurando el paso, para, como de costumbre, comerse un chivito y "tomarse unos vinos" en lo de Don Ontivero.
Pero para el atardecer, se desató una terrible tormenta, decidieron emprender la marcha de todas maneras, con tal mala suerte que terminaron perdiéndose en el camino.
Zeballos desesperado descendió de su caballo y comenzó a caminar sin rumbo en busca del ganado que se había extraviado, cuando se encontró con la tumba de la Difunta Correa, allí fué cuando tuvo la idea de rogarle lo ayudará a encontrar a los animales, por él y su familia.
Al amanecer, sintió a Lucero arriando las vacas que había encontrado"
El resto fue contar la experiencia para que corriera de boca en boca y la fama de milagrosa llego sola, lo cual según testimonios de quienes le elevan sus pedidos es una realidad.
Según cuenta la historia (debemos recordar que de aquella época no tenemos documentos escritos, solo se sabe lo que ha trascendido por historias contadas y que han perdurado en el tiempo)
"Cuando unos arrieros de apellidos Zeballos y Lucero, llevaban hacienda desde el Valle hacia Chile, en un luminoso día y apurando el paso, para, como de costumbre, comerse un chivito y "tomarse unos vinos" en lo de Don Ontivero.
Pero para el atardecer, se desató una terrible tormenta, decidieron emprender la marcha de todas maneras, con tal mala suerte que terminaron perdiéndose en el camino.
Zeballos desesperado descendió de su caballo y comenzó a caminar sin rumbo en busca del ganado que se había extraviado, cuando se encontró con la tumba de la Difunta Correa, allí fué cuando tuvo la idea de rogarle lo ayudará a encontrar a los animales, por él y su familia.
Al amanecer, sintió a Lucero arriando las vacas que había encontrado"
El resto fue contar la experiencia para que corriera de boca en boca y la fama de milagrosa llego sola, lo cual según testimonios de quienes le elevan sus pedidos es una realidad.